El Puertollano asciende a Segunda División B.
No mereció menos el equipo de Pablo Franco después de una temporada casi perfecta, medio inmaculada. El Puertollano fue campeón por méritos propios batiendo todos los registros de Tercera división. Sólo había que poner la guinda con el ascenso. Y éste, se hizo de rogar.
Hace aproximadamente un mes, en Villaviciosa, los azules sufrieron una dura y amarga bofetada. Once metros y un lanzamiento desde el punto de penalti obligó al equipo industrial a trabajar un mes más. No llegó en aquél entonces el ansiado ascenso. Pero el fútbol, muchas veces, guarda una oportunidad a los campeones. Y el ‘Puerto’ no fue menos. Tras ponerse el mono de trabajo y dejarse la piel ante el Náxara y el Pontevedra, los azules, por fin, pudieron saborear el dulce sabor de la gloria, el de la victoria. Porque cuanto más difícil es la misión, mejor sabe la recompensa.
Fuente Lanza Digital